Foro para escritores de Bubok

Este portàtil corrige el texto hacia el catalán... es curioso. Disculpadme algunos acentos de esos inclinados hacia el otro lado. Los pone el software y como escribo rápido no me doy cuenta.

Para entender lo de la genètica y los mutantes, un buen ejemplo serían aquellos simpáticos animalitos, las tortugas ninja.

Las radiaciones como fuente de mutaciones. El soporte de estas mutaciones se suponeque es también genética. De modo, que siguiendo con ejemplos ahí va este mini relato (más que micro, menos que relato):

Post radiación

–No es normal ese ruido. La torre de refrigeración zumba y vibra en ocasiones, pero esto es como un bufido. ¿No habrá una fuga?

–Voy a ver.

–Ponte el traje aislante, por favor. Algún día vas a tener un disgusto.

–Será sólo un minuto. No vale la pena.

Efectivamente, había una fuga. Y sí, tal vez debía haberle hecho caso y no entrar allí sin el traje protector. Sospecho que la radiación que recibí pudo ser mayor de lo que yo había calculado. Alguna mutación se produjo en mis genes. No es que me importe mucho, la verdad. He aprendido a controlarme y nada logra irritarme o ponerme colérico. Con un par de pantalones y camisas destrozados tuve suficiente. Y si no bastase con eso, la foto que me hizo mi novia cuando discutí con aquel cretino (la llevo siempre encima), me ayuda a mantener la calma en todo momento. No quiero verme otra vez convertido en un monstruo verde de dos metros y medio y ciento cincuenta quilos de peso.

Vamos, vamos. Animaos. Escribid alguna cosa que vaya de genes, de genética, de cromosomas, de herencia, de análisis de genes...

En realidad el tema del análisis genético o análisis de los genes puede llevar a resultados aparentemente poco relacionados con el tema. Pero un breve relato como este yo aceptaría que, de algún modo, va de genética:

Una apuesta

Aquel científico afirmaba que su aparato de análisis nano tecnológico podía leer el genoma de una muestra de células de un individuo y dar un informe detallado de sus defectos genéticos, de las enfermedades degenerativas que con toda seguridad sufriría, e incluso de los años de vida que le quedaban.

Me reí en sus narices y le dije que su aparato no valía una puta mierda, y que estaba tan seguro de que era incapaz de acertar cuantos días me quedaban de vida que apostaría cualquier cosa. Me dijo que su aparato podía hacer aquello perfectamente. Insistí en que fallaría. Pero no le dije, claro, que pensaba suicidarme aquella tarde.

Tomó una muestra de mi cabello y la colocó en el aparato. En menos de diez segundos la pantalla de output dio su respuesta:

"La situación de una anomalía en el gen E34FG de uno de los cromosomas del par diecisiete indica una predisposición a los trastornos psicóticos bipolares. Predominio de la tendencia melancólica y la depresión. En un acceso psicótico el individuo se suicidará hoy a las 18 horas y veinte minutos."

El científico me miró con curiosidad.

—Vaya—dijo—Lo siento, amigo. Pero las predicciones de mi aparato no fallan nunca. Lo que dice es aquello que lee en los genes. Y usted lleva escrita en sus genes la ideación suicida con fecha de caducidad incluida.

"¡Maldita máquina! Pues se va a joder el aparato este" pensé. Y sin decir esta boca es mía salí del laboratorio del científico.

Y esta mañana me he presentado en su casa para pasarle por los morros el fallo de su máquina, y de paso cobrar los cien pavos que aposté con él. Y le he encontrado sentado ante la mesa de su despacho, con los brazos sobre la mesa y la cabeza sobre los brazos, como si estuviese haciendo una cabezadita. Pero estaba muerto. Un charco de sangre, formado por su sangre, que ha brotado por el agujero que ha hecho una bala al entrar en la sien derecha, y el revolver caído en el suelo a su lado parecen explicarlo todo. Pero en realidad la explicación la he encontrado en su laboratorio. Junto a la máquina de análisis genético he visto un pequeño sobre con una muestra de cabello. De un cabello pelirrojo intenso como el mío.

Vaya, creo que por error el científico puso en la máquina una muestra que tenía preparada de su propio cabello. Y la máquina emitió un dictamen certero, preciso e inapelable. De modo que he perdido la apuesta.

He dejado cien dólares sobre la mesa, junto al cadáver, y he abandonado el estudio.

Jamás volveré a hacer apuestas con científicos locos. Lo juro.

Lo de la genética y los genes es como una semilla. Se siembra en la imaginación y crece el árbol del relato. Que tal vez guarde muy poquito del germen inicial, pero no por ello deja de tener un vínculo con él.

De modo que nadie se asuste o se inhiba. Es muy fácil.

En la película de animación Ratatuille (os la ecomiendo muy en serio) el malvado chef del restaurante del difunto Gusteau toma un cabello del muchacho atontado que cocina maravillosamente, y con ese cabello descubre que el chaval es el hijo de Gusteau. Ahí está la genética, el ADN, dando un giro fundamental a la trama de la película.

Y hablo de memoria, pero creo recordar que en la película El abuelo, el abuelo da por hecho que la nieta que ha heredado su genes es, de las dos chicas, la que parece haber heredado el talento de artista de su hijo. Y resulta que la realidad es otra, sin análisis genético pero bajo la palabra de la nuera, De modo que la genética juega un papel en esa hermosa historia, y lo hace precisamente por no haber interpretado el papel que el abuelo le suponía.

Se me ocurren muchos ejemplos más, pero el mensaje es sencillo: lo del tema es una excus, un pistoletazo inicial. La historia puede ir por muchos y variados derroteros.

¿Aceptaríais que está en tema un relato sobre un asesino en serie que sólo mata a sus victimas en noches de luna nueva, que lleva un doble vida, canta de noche en una cueva de jazz y de día trabaja como investigador en el centro de Genómica Avanzada de la Universidad? Yo sí.   

Estimados buboker@s, concurser@s y relator@s

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Voy a ser muy breve. Hace nueve días, el domingo 22 de septiembre, con un Ipad, en un rincón del salón de un hotel, quise dejar listo lo del nuevo tema. ¡Mal hecho! Podía haber esperado y madurado más la decisión. El caso es que llevaba en mente una historia sobre un centro de investigación en el que se clonaban, a partir de algún resto de su adn, a los suicidas que provocan masacres en mercados o lugares públicos, con la finalidad de poder después ejecutarlos. Y me pasó por la mente, en un mal momento debo confesarlo, el imposible tema de la genética.

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Resultado: no tenemos ni un sólo relato. Y eso no es lo peor. Lo peor es que detrás de ese silencio está, sin duda, la desaprobación de mi decisión por parte de los fieles al concurso y, en algún caso posiblemente también el choteo de aquellos que parecen desear que el concurso se muera del todo.

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No es excusa el que no tenía tiempo para mirarme el listado de temas ya escogidos en el pasado, pero es cierto que ante algunas alternativas dudé en este sentido (pensé en la salud y la enfermedad, la bolsa y Wall street, la crisis y�obesidad).

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Conclusión: Si, como parece lo más probable, no aparecen como mínimo tres relatos, consideraremos que el Concurso Bisemanal de Relatos de Bubok se ha tomado una quincena sabática o unas breves vacaciones. Olvidaremos estas dos semanas, y pondremos en marcha otra vez el taller concurso, con un nuevo tema, esta vez mucho más propicio a la creatividad, el relato, la acción, la meditación y la historia.

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Como que no es plan de interferir con el concurso de micros, he descartado la solución de prologar otra semana esta edición fallida. Mantendremos la alternancia. Las fechas para la nueva edición serán las que habitualmente le hubiésemos adjudicado: envío de relatos hasta el 17 de octubre, envío de votos hasta el 20 de octubre.

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En rigor continuará siendo la CVII edición, pues daremos por nulo, fané y no acontecido el certamen bisemanal de la genética. Y excepcionalmente contará con algunos días más para participar pues no merece la pena esperar al próximo domingo y esta misma noche propondría el tema.

Tenemos un relato. Un buen relato. Ello y las palabras de Sacra y del Peluche me han hecho reflexionar. El autor o autora de ese relato merece un respeto y, por supuesto, mi más sincero agradecimiento. Aparte de ser la prueba fehaciente de que es posible escribir un relato sobre el tema propuesto, y que por lo tanto podríamos seguir adelante con el mismo, creo que se ha hecho acreedor a que, en atención a su participación no cambiemos de tema. De modo que vamos adelante con la solución que surge de manera natural y fluida de mi propuesta de esta mañana, de los comentarios de Ernie y de las palabras de Sacra. Abrimos una segunda etapa de la edición CVII del concurso de relatos de Bubok, que como venía ocurriendo en los últimos meses, se habrá extendido a lo largo de cuatro semanas. De ese modo, pues, no coincidirán los días de votaciones con los micro relatos, y creo que una vez que "Registro alfa" ha dado el pistoletazo de salida otros relatos se dejarán ver en las próximos catorce días.

Gracias, Ernie, Sacra, y gracias "Registro alfa". Hoy me acostaré con la satisfacción de pensar que el desasosiego y la inquietud que me producía mi posible desacierto en el tema, aunque creo que estaba en parte justificado por la ausencia de relatos y por la índole del tema, ha encontrado sino la aprobación de todos por lo menos la comprensión de algunos. Gracias a todos y adelante.

Recordemos los plazos prorrogados:

Para participar hasta el jueves 17 de octubre de 2013, a las 22:00.

Para votar a partir de ese momento, hasta el domingo 20 de octubre de 2013 a las 22:00.

Y voy pensando claves...

Gracias por vuestras intervenciones, Sacra e Incongruente. Las claves están a punto. Por cierto que, para poder comunicarsela y además tener constancia de a quién pertenece el segundo relato (PNH) rogaría a su autor o autora se pase por la oficina de registro de autorias correspondiente.

Digo que las claves están a punto, de modo que en cuanto sepa la autoría del segundo relato comenzaré el reparto con las dos primeras claves.

Observo que quedan aún bastantes días, y ello me hace confiar en que, por lo menos, vayamos a tener como mínimo otro relato. La última edición se salvó al fin con tres relatos y con los votos de sus autores y de algunas personas más.

Escritoras y escritores, no lo dudéis. Es vuestra oportunidad y la nuestra. Escribid un relato y participad. Sabéis hacerlo, lo lleváis en los genes.

Olvidaba comentar lo de introducir pequeñas correcciones en los relatos una vez posteados. Creo que hubo cierta controversia cuando se hablo de esa posibilidad. Había quien no lo veía bien. Creo que aceptamos que si uno ve un acento de menos o más, una letra cambiada o algún detalle de ese estilo y quiere editar su relato no hay inconveniente en que lo haga. Lo que ocurre en que muchas veces los lectores los han copiado ya desde el primer momento y tienen en su word la primera versión. Personalmente yo veo bien que si notamos que hemos cambiado dos letras de sitio, hemos olvidado una palabra o hemos puesto una tilde innecesaria podemos perfectamente editar el relato.

Bueno, debo decir que ahora sí que podemos hacerlo. Porque hace unas semanas, tal y como iban las cosas en bubok era una tarea imposible, frustrante y molesta, pues si quitabas una coma, al re enviar desparecía el resto del relato. Pero qué os voy a decir, si lo vivisteis como yo.

¡Más relatos genéticos, por favor!

Bien. Tenemos un tercer relato.

Sí, sí. Ya veo que se ha posteado en este hilo. Pero eso tiene fácil arreglo. Si la persona que lo ha escrito lo desea, puede copiar y pegar el relato en el hilo correspondiente. Lo haría yo mismo pero ahora soy jpiqueras y no concursoderelatos. Si por la tarde sigue ahí lo moveré, tranquilos.

Por cierto, espero las autorías de los relatos segundo y tercero. Gracias.

Y no, no me olvido de las claves. Esta tarde espero empezar el reparto.�

Bien. Ya está el tercer relato en su sitio. Y de momento hemos llegado a los tres relatos. Pero hasta el día 17 hay tiempo de sobra para que lleguen algunos más.

Si no fuese Magister Caeremoniarum yo hubiese participado con algo como esto (es la historia a la que daba vueltas cuando se me ocurrió el tema de la genética):

Aquí va, fuera de concurso, por supuesto:

El cóctel

Los que vivimos aquí, en el Núcleo, llevamos una existencia feliz, estudiamos, jugamos, podemos pasear por sus inmensos jardines. Nada nos falta. Pero todos anhelamos el día en que nuestro nombre salga en la pantalla del Convocador. Ello significa que habremos sido elegidos para abandonar el Núcleo y conocer, por fin, el exterior.

Hoy he visto mi nombre en el Convocador. He acudido al edificio central y me han recibido muy amablemente. Me han dado en una copa un cóctel de bienvenida y me han dejado sólo en una salita, sentado en una silla, junto a una mesa, frente a una puerta a la que debo llamar en unos minutos, dicen, cuando haya acabado el cóctel.

No acabo de entenderlo. He arrojado el cóctel en la tierra de una planta ornamental situada junto a la mesa, una especie de ficus, pues nunca me han gustado ese tipo de bebidas. Luego me he puesto en pie y he llamado a la puerta. Nadie me ha contestado. He abierto y he entrado. Me he sentado en una butaca en el centro de la sala, tal y como una suave voz me ha indicado que lo hiciese. Y en una pantalla de alta definición situada frente a mí he podido ver una cruel película. Un individuo de poblada barba, cubierto con unas vestimentas muy extrañas bajo las que se ha colocado una especie de chaleco relleno de explosivos ha irrumpido en un lugar público, creo que era un mercado, y una vez allí ha tirado de un detonador y se ha inmolado llevándose por delante a veinte o treinta de las personas que estaba en aquel lugar. Lo más curioso del caso es que ese individuo, pese a la espesa barba que cubría casi toda su cara, se parecía mucho a mí. Y más curioso todavía es que en el momento de ir provocar la explosión ha parecido dudar, con el cordón del detonador en la mano. Y yo... yo inconscientemente, sin entender todavía lo que iba a ocurrir, he hecho de forma instintiva un gesto con mi mano, como si yo tirase del cordel del detonador.

Ya me lo han explicado todo. Van a ejecutarme. ¡Dicen que van castigarme! ¡Por algo que no he hecho!

Hartos de que los crímenes de los terroristas suicidas quedasen sin castigo, el gobierno de este país puso en marcha un centro de investigación genética con un único objetivo: poder clonar aquellos individuos a partir de sus restos. Yo soy el clon de uno de aquellos terroristas, y he llegado a la edad que él tenía cuando se inmoló y mató a decenas de hombres, mujeres y niños en aquel mercado. Ellos piensan que matándome a mí ejecutan al terrorista, pues yo nací de una de sus células. He intentado convencerles de que en realidad no le matarán a él sino un hermano suyo. Pero no lo entienden. Algo no ha ido como debía, afirman, pero debo ser ejecutado.

Es culpa mía, por lo visto. El cóctel que me ofrecieron contenía una poderosa droga y un fármaco obtenido a partir de extracto de ácido ribonucleico de mi “hermano” el terrorista. De haberlo bebido, como se esperaba que lo hiciese, hubiese anulado todos mis recuerdos y se hubiesen injertado, en mi mente, la mente y la memoria del terrorista. El que ahora sea yo y no el otro quien va a sufrir la ejecución ha sido culpa mía...

Finalmente hemos llegado a un acuerdo, a una solución de compromiso. Me han preparado una nueva dosis del cóctel. Lo tengo en las manos y voy a bebérmelo de un trago.Lástima, podía haber evitado el saber que voy a morir. Porque ahora sé que yo voy a morir, y mi hermano renacerá en mi cuerpo para morir a su vez,�ejecutado.

Si miramos hacia atrás en nuestra vida la memoria nos dirá que somos lo que recordamos.

Sin memoria seríamos vegetales, imposibilitados para sentir, para pensar y para actuar. Pero no es cuestión de tener una memoria de elefante, sino de saber seleccionar y guardar. Si basura entra, basura queda y basura sale. En  Funes el memorioso  Borges describe su sufrimiento: recordaba todo pero no podía  seleccionar. El  hombre común y corriente, sufre  otra enfermedad: la curva del olvido. A las 8 horas pierde el 80% de la información. Olvido y Memoria conforman un sistema: como en el amor, se necesitan dos. Por eso decimos que somos lo que recordamos." Horacio Krell

Por favor, todos a la vez no. Enviad vuestros relatos genéticos, mendelianos, mutantes y cromosómicos de uno en uno.

En realidad llevamos cinco relatos. Todos con autora o autor conocido, y clave genética entregada.

Quedan dos largos días. En otros tiempos eran los días finales los de la pequeña avalancha de relatos de última hora. ¿Ocurrirá lo mismo esta vez?

Confieso que estoy algo agotado. No me veo con ganas de gritaros, de jalearos, de espolearos con tremenda energía. Pero por favor, algún relatillo más nos vendría muy bien.

Pensad en un pulpo grande y perezoso que ramonea muy a gusto en el fondo del mar, cerca de la costa de Japón. No se enteró de lo del maremoto pues aquel día estaba descansando en su cueva. Se acerca a una curiosa construcción humana y nota que el agua está algo más caliente de lo habitual. Algo llama su atención: no ve ni un cangrejo, ni un pez, ni una almeja, ni siquiera alguna de aquellas confortables algas en las que se escondía en ocasiones para echar una sienta. Aquello es un desierto. Por si acaso lanza un buen chorro de agua mezclado con tinta y se aleja rápidamente de aquel lugar.

Algún tiempo después los titulares de los periódicos japoneses hablaran de él y será protagonista de las noticias de la televisión. No tardarán en verle también los espectadores de los canales internacionales de la CNN: "Gigantesco pulpo ataca�las ciudades�costeras de las prefecturas de Myagi y Fukushima.�Los profesores Inomata y Hongo, de la Universidad de Osaka afirman que el monstruoso cefalopodo�es el resultado de alguna mutación, y lo atribuyen a alguna de las muchas fugas de aguas altamente radioactivas de los pasados meses.

Es sólo un ejemplo de lo que da de si la genética, de lo que dan de si las mutaciones.���

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Se acabó el plazo para la participación.

Tenemos cinco relatos. Si mis capacidades aritméticas no fallan no superan el límite de diez. De modo que toca votar a los tres que consideremos mejores, otorgándoles 3 puntos, 2 puntos y 1 punto.

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Los relatos recibidos fueron estos:

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1: Registro Alfa

2: PNH

3 : Yo sólo hago mundos perfectos.

4: La herencia

5: Herencia y angustia.

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Cuando queráis podéis comenzar a enviarme vuestras votaciones. Si por el número de votantes resulta oportuno, daremos algún resultado provisional.

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De momento tenemos una reunión del club de mutantes. Han acudido ocho en total (¿o tal vez debería decir nueve?). Las cuatro Tortugas Ninja, esas simpáticas tortugas de nombre italiano a las que un vertido incontrolado de líquidos contaminados con substancias mutantes en las alcantarillas las convirtió en lo que son actualmente. Junto a ellas tenemos a Lobezno, con sus ridículos mechones de pelo y sus afiladas cuchillas. A su lado se sienta una hermosa mutante de tez obscura pero blanco y níveo cabello. Se trata de la bella Tormenta. En un rincón, elaborando cubitos de hielo por si alguien desea tomarse un whisky, está Iceman. Y adormilado en una butaca al fondo del local se encuentra... ¿o debería decir se encuentran? Bien, vemos a un hombre adormilado y en su vientre el inquietante líder de los mutantes de Marte, con sus poderes paranormales y ultra sensoriales a punto. Sí, se trata de Kuato, ese mutante que sólo despierta cuando su portador, el otro, se aletarga o adormece. Hay quien dice que Kuato se parece al ex presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol. Pero él lo niega, afirma que en realidad él se parece a Arnold Schwarzenegger, o para ser más precisos, a Douglas Quaid.

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