Buenos días. No voy a poder estar presente estos días, así que no podré hacer frente a la amable invitación de David. Me ha salido un trabajillo que me tendrá ocupado. Leer "El economista camuflado" de Tin Harford, y comentarlo. Un tostón, vamos. Pero no me queda más remedio. Así que nada, intentaré leer lo que vayáis poniendo por aquí. |
Bueno, pues si habíais rezado por mi ordenador, que sepáis que vuestras oraciones han sido escuchadas. Lo que pintaba muy mal ha resultado ser una chorradia del cable. Comentarios: EL TIEMPO DE LAS FLORES. Un relato muy confuso, cuesta trabajo seguirlo, esta dificultad se inicia en el primer párrafo en el que se nos anuncia una muerte que luego parece que no ha tenido lugar, ¿o sí? Me ha quedado claro que la historia se sitúa en un momento en el que la vida en la Tierra es casi imposible debido al cambio climático y que se está intentando llegar a un futuro en el que la propia naturaleza ha resuelto el problema. También me ha quedado claro que ha surgido una historia de amor entre los viajeros y que Hiro finalmente ha conseguido encontrar la época en la que la vida vuelve a ser posible. Dudas que me quedan: -La muerte inicial de la que se habla. -La extraña sensación que tiene Wane cuando está en soledad aclimatándose a las condiciones actuales. Me ha resultado curioso que en la narración de Wane la historia no se cuenta de forma lineal, sino que se hace una descripción del presente que nos habla de la situación general y luego se salta al pasado para explicarnos su vida personal. Después cambia el narrador y pasamos al futuro de la narración primera que al mismo tiempo deja abierta la posibilidad de salvación en el tiempo de las flores. Estos saltos podrían haber servido para reforzar la idea de un tiempo flexible en el que existe la posibilidad de desplazarse, pero no creo que se haya conseguido, más bien dan una sensación de estructura poco estudiada y de relato escrito siguiendo una pura intuición.
LA LLORONA. Saneamiento de la Memoria del Planeta, qué bueno. Esta frase: “Pero para hacerlo, primero tenían que silenciar las voces que hablaban de la memoria del planeta y si de ésta sería lo suficientemente grande cómo (este como es sin tilde, por cierto) para almacenar que miles de turistas, durante todos los días del año, visitaran el pasado y el futuro al mismo tiempo.” Es la que define el sentido del eje del relato y no es nada clara, no explica lo suficientemente bien por qué es necesario borrar del recuerdo colectivo ciertas cosas. Quiero entender que se pretende simplificar la Historia para que los viajes resulten más atrayentes, menos dispersos, con unos objetivos claros, como cuando vamos a una oficina de turismo y pedimos un plano con lo que hay que ver bien señalado e identificado, pero como digo, la frase no ha sido muy afortunada en su explicación. En cualquier caso, el relato resulta agradable de leer, se ha sabido crear expectación al principio y deja un poso de reflexión muy interesante: ¿Sólo la Historia es digna de ser recordada? ¿Es que cada historia no tiene su propia importancia única e insustituible?
VIAJE DE IDA Y VUELTA. A veces, lo peor que puede pasar es que las cosas salgan bien. Un relato que toca el tema de una forma bastante vista, un salto “accidental” en el tiempo que deja al individuo fuera de contexto. Aún así me ha gustado toda la reflexión inicial sobre lo vivido en el espacio, me lleva a pensar que aunque la nave hubiera aterrizado en su tiempo, el astronauta Robert Jiménez (bien elegido el nombre) habría estado fuera de lugar, así que en cierto modo, el salto temporal le ha servido de excusa para desaparecer sin despertar iras ni reproches. Un relato interesante a pesar de que, como he dicho antes, se acerca al tema propuesto de una manera ya bastante trillada. Quizás habría que haber trabajado un poco más el desenlace, no cambiarlo, pero sí hacerlo menos explicativo, haber conseguido que “viéramos” en lugar de contarnos.
TOÑO. ¿Los robles dan bellotas? Creía que eran las encinas. Me gusta el tratamiento que se le ha dado a este relato, un viaje en el que el tiempo se ha detenido para la mente pero no para el cuerpo, un viaje totalmente real. Muy bien conseguida la voz del niño, sus razonamientos, sus impulsos, su lenguaje… Quizás no tan lograda la reacción del anciano al despertar, demasiado lúcida para mi gusto, me hubiera gustado ver más, mucha más, confusión, más desconcierto. Aun así un relato bastante original y con un resultado más que satisfactorio.
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QUIERO VOLVER A INTENTARLO. Bien, buena reflexión, muy interesante. Había una película, “Peggy Sue se casó” creo que se titulaba, que tiene una base muy parecida a la de este relato, con la diferencia de Peggy Sue regresaba a su juventud con los conocimientos de su madurez, y aún así, acababa haciendo las mismas cosas que había hecho. El relato es ágil, tiene fallos de escritura precipitada, por ejemplo: “; para que te des cuenta de lo valioso que es descubrir que los propios errores.” La frase está sin acabar. Supongo que el autor tenía muy clara su idea y no quiso perderla, pero un repasillo nunca viene mal. Me gusta la idea que se quiere transmitir de que el único viaje posible es el que cada uno emprendemos hacia el futuro cada día y que nuestro pasado nos sirve como maestro y guía siempre que seamos capaces de comprender dónde cometimos errores y aceptarlos como parte de nuestro propio ser.
UFO. Buen relato en el que se trata el tema de los cambios artificiales en el tiempo de una forma secundaria y en el que se cargan las tintas en los anacronismos sincrónicos (¡uf!). El relato está muy bien escrito, resulta muy interesante y entra solo. Me ha resultado “gracioso” que aun tratándose de una cultura mucho más avanzada que la humana peque de sus mismos defectos y cuente con los mismos “poseedores de la verdad absoluta” con los que cuenta nuestra especie.
ÓNFALOS. Muy bueno. Me gusta el paralelismo que se ha creado entre la reflexión del presente y la historia de Edipo. En cierto modo en este relato se transmite el mismo mensaje que en el relato “Quiero intentarlo otra vez”, de nada sirve viajar en el tiempo, al final cada persona termina cometiendo sus propios errores. Me ha gustado mucho la descripción que se hace del “viaje” de la Pitia, se consigue que el lector comprenda ese viaje, que lo sienta. Buen trabajo.
LA LLEGADA. Un relato en el que se nos cuenta muy poco, se nos insinúa mucho y, aunque al final no nos aclara nada, consigue dejar un buen sabor de boca y una sensación de “entiendo” muy satisfactoria. Un trabajo muy difícil y muy bien conseguido. Me ha gustado la descripción de las sensaciones, el viaje en el tiempo que propicia la música activando los recuerdos. También me ha gustado mucho la escena final, muy bien descrita, consigue poner al lector en esa plaza y presenciar lo que ocurre, incluso sentirlo. Buen trabajo. |
Aquí mi "defensa" de algunas cosas que apuntas. Cerrar los ojos puede ser momentáneo, ¿no? Pero admito el touché. El abandono es real: me imaginaba al prota dejando el coche tirado (con puertas abiertas y a lo poli en peli de acción para iniciar persecución a pie). Y me apunto lo de oír/escuchar. Y prometo no ser tan cursi (lo del frenesí) en el próximo relato. Éste me salió un poco pastelón, cierto. Pero es que si le echo mucha sangre Piqueras se me cabrea por utilizar un recurso fácil (por el atractivo que suele generar al lector)... Jejeje. Sobre el segundo párrafo de comentarios, sólo confirmar que mis intenciones casan con tus conclusiones. Fue un relato que medité bastante y que rectifiqué muchas veces hasta conseguir el resultado que pretendía. Y me congratula (que diría el budista del "Informal") enormemente que os haya gustado.
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cita de ElCubo
Gracias, David, por tus comentarios. Mi problema es que soy demasiado lento para seguir el ritmo de los concursos y esa es una de las razones de que me queden como a medio elaborar; a Toño le daré un repaso siguiendo tus consejos.
Comentarios a "Toño": Leí hace poco que «cuando un personaje de una historia estornuda veinte hojas más tarde muere de pulmonía». Traigo a colación esta frase porque ese es el motivo por el que no he votado el relato. No existe relación entre el principio y el final. El desenlace es brusco y desconcierta un poco. El coma del protagonista era una original forma de "atacar" el tema sugerido, pero me ha faltado que la historia fuera más redonda: que tuviera sus "miguitas de pan" en el inicio que me condujeran inexorablemente al final. La conclusión del relato tiene que ser única (o casi), en el sentido de que los acontecimientos conduzcan irremediablemente a ella.
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Lasacra dice: TOÑO. ¿Los robles dan bellotas? Creía que eran las encinas.
Me gusta el tratamiento que se le ha dado a este relato, un viaje en el que el tiempo se ha detenido para la mente pero no para el cuerpo, un viaje totalmente real. Muy bien conseguida la voz del niño, sus razonamientos, sus impulsos, su lenguaje… Quizás no tan lograda la reacción del anciano al despertar, demasiado lúcida para mi gusto, me hubiera gustado ver más, mucha más, confusión, más desconcierto. Aun así un relato bastante original y con un resultado más que satisfactorio. Tu comentario es menos "crítico" que el del Cubo, pero aunque me guste más el tuyo, agradezco los dos por igual. Al fin y al cabo, los dos ponéis el dedo en el mismo fallo. Intentaré arreglarlo. Los robles son de la familia de las encinas y, sí, dan bellotas. Muchas gracias por comentar, esto es lo que convierte el concurso en un taller, al menos para mí. |
cita de lasacra
UFO. Buen relato en el que se trata el tema de los cambios artificiales en el tiempo de una forma secundaria y en el que se cargan las tintas en los anacronismos sincrónicos (¡uf!). El relato está muy bien escrito, resulta muy interesante y entra solo. Me ha resultado “gracioso” que aun tratándose de una cultura mucho más avanzada que la humana peque de sus mismos defectos y cuente con los mismos “poseedores de la verdad absoluta” con los que cuenta nuestra especie. Gracias, Sacra, por tu comentario. Es cierto, lo del viaje por el continuo espacio-tiempo de la nave es secundario, incluso innecesario. Mi viaje por el tiempo está en la paradoja de que visitan la tierra en siglo XX pero al hacerlo en Papua es como si hubiesen viajado hacia atrás en el tiempo miles de años. O lo que es lo mismo, si vamos al valle del río Waghi, a la tierra de los Kuma, saltaremos hacia atrás en el tiempo, hasta la edad de piedra. Porque tanto los Kuma, como el valle y el río Waghi, y el Mount Hagen existen realmente. Es más, existió también una antropóloga australiana que les visito en los años cincuenta del siglo XX que se llamaba Mary Ray. Cuando visitó aquellas tribus lo hizo porque un Misionero, el padre Gitlov, había mencionado que entre aquellas tribus se celebraban una vez al año unos curiosos ritos en los que una noche se bebían un brebaje en el que incluían determinados hongos (los hongos Nonda) y ello les desencadenaba una especie de "Locura", la "Locura comediante" de los Kuma. |
Unos comentarios. Creo que no demasiado útiles. Más que para aportar mejoras o señalar fallos son simples elucubraciones mías leyéndo de nuevo los relatos. Que no se enfade nadie, por favor. Bueno, veo que no está por aquí... bueno, ya sabéis. No le nombro por no levantar una polvareda. El señor subsceptible por excelencia. El Tiempo de las Flores : Narración subjetiva en primera persona. De pronto tras unas rayitas sigue la narración sujetiva en primera persona, pero no es la misma persona, por lo visto. Y luego el final es una mezcla de narración con el relato en primera persona. Me pareció un relato bien escrito en general pero defectuoso es esos aspectos. Lo valoré como posible candidato a algún punto. La llorona: Aunque la inspiración vino, por lo visto, de la leyenda, creo que los de la leyenda es lo de menos. La gracia está en el comando que viaja al pasado a borrar leyendas. De todos modos, y en esto coincido con David, viajar al pasado nada más que para borrar leyendas no me parece que tenga suficiente gancho. Supongo que también viajarían para borrar mitos y tabúes varios. Pero ya puestos podrían tratar de modificar otras cosas. Que haberlas en el pasado las hubo. De todos modos es uno de los relatos que maneja el tema de los viajes en el tiempo haciéndolos fundamentales para el desarrollo de lo que se narra. Tiene además cierta gracia. En mi escala de puntuaciones globales y sus medias se situó como candidato a la medalla de plata. Viaje de ida y vuelta : Se afirma en el relato: “Ya sabían que no se podía retroceder al pasado, pero los científicos creían que sí se podría ir hacia el futuro. Su viaje buscaba confirmación a esta hipótesis.”. Pues bien, el experimento de enviar un hombre hacia el futuro puede resultar bien. Un par de años, por ejemplo. Se trataría de esperar dos años para encontrarse de nuevo con el viajero, recién llegado tras un salto temporal. Pero una vez en el futuro no se podría regresar, pues con ello se iba a contradecir la premisa inicial de que no es posible viajar al pasado. Yo creo que el problema de este relato es que mezcla los viajes “en el tiempo” con los viajes “por el tiempo”. En realidad estamos ante una hipótesis totalmente posible de acuerdo con la teoría de la relatividad, y es la de que un viaje al espacio exterior en una nave que alcanzase gran velocidad, podría suponer, por el fenómeno de la dilatación temporal, que los dos años vividos por el astronauta fuesen cuarenta para los que quedaron en la tierra. En realidad el salto al futuro de dos años podría consistir en enviar al viajero a dar un largo viaje por el espacio que para él supondrá un breve tiempo, pero que al regresar “le habrá llevado al futuro” pues habrán pasado dos años en la tierra. Por lo tanto esa “tecnología muy avanzada para viajar en el tiempo” no es necesaria. Simplemente hace falta una tecnología muy avanzada para viajar por el espacio a muy gran velocidad, ida y vuelta a la tierra. Pero cuesta entender, por otro lado, ese fallo de los que diseñaron la misión y del propio protagonista : pensar que para viajar dos años hacia el futuro tuviese que viajar durante dos años. Porque para eso no hay que viajar. Basta con meterse en una cueva y esperar los dos años. Por eso el relato, que entra en aspectos muy interesantes sobre el tiempo, el espacio y la relatividad, resulta confuso. Tiene una parte ajena a los problemas técnicos o relativistas que es bonita, poética. Me refiero a las vivencias del viajero en su viaje. De lo mejor del relato. Por ello y por ser de verdad un problema de dilataciones del tiempo el que nos narra, creí que debía darle un punto. Toño: Vale, está en tema por uno de los posibles caminos tangentes. Pero la primera parte es buena, conseguida, realmente nos ponemos en la mente del niño. Prometía más esa historia. Pero el tema es el de los viajes en el tiempo. Y claro, llega la segunda parte, el breve final. Ya puestos podría haber dado algo más de sí. Así como está parece que únicamente se ha puesto ahí para decir: bueno, ahí está el viaje en el tiempo. Ahora es casi un viejo, ha viajado de la niñez a la vejez. Pero es que ese viaje, algo más lento, lo hacen también muchas personas. Y más lleno de vivencias. ¿Por qué no dar el salto en el tiempo de otro modo? El buen hombre se despierta de una siesta, sentado en una butaca junto a la puerta de su casa en el campo. Ha soñado con sus años de niño y al despertar se encuentra que ya no es un niño. No. Ahora es mayor, y tiene toda una familia. Y cierra los ojos porque, de algún modo, el brusco despertar que le trae al presente requiere un tiempo para asimilarlo. Es esa sensación extraña de embotamiento que tenemos a veces en ese estado entre el sueño y la vigilia... Claro que ese sería otro relato. Quiero volver a intentarlo :Ya dije que este relato llevaba una cierta moralina, no indigesta ni incomoda, pero moralina al fin y al cabo. Pero el relato está bien. Es lógico, si te vuelven a situar tres años antes, y tú vuelves a ser el qué y como eras tres años antes, es muy posible que todo vuelva a ocurrir como la primera vez. Y es que si algún día os ofrecen esa segunda oportunidad ha de ser con la condición de que al volver al pasado se conserve en la memoria todo lo ocurrido en la primera vez. Sino ¿cómo vamos a evitar lo que salió mal? De lo contrario, podríamos decir que tal vez nos han engañado y nos han hecho creer que en efecto, hemos vuelto a vivir los últimos tres años sin ser cierto. Vamos, es como lo de la reencarnación. Si al reencarnarte no te acuerdas de nada de lo que fuiste en la primera vida es como si no te reencarnases. Es como si se empezase cada vez una vida nueva desde cero. Como si el cemento del alma, sólo el cemento del alma, sirviese para edificar otra alma. Ónfalos : Bueno, aquí los personajes que se toman esas pintas me parece que están para justificar el viaje en el tiempo. El relato interno, el antiguo, me parece muy bueno. Pero no acabo de relacionarlo bien con esos dos personajes dados a la cerveza en Cambridge, que por otra parte viven otro relato bien ambientado, con fondo musical incluido. Cierto que hablan de Grecia, y de conceptos como la simultaneidad en todos los tiempos o la eternidad, pero no veo que una situación sea consecuencia de la otra, que haya un viaje del pasado al presente. Claro que tampoco había tiempo para releer demasiado, y tal vez este relato lo merezca. La llegada : Otro relato dulce. Me incliné por éste a la hora de los votos porque la historia que narra es posible, porque describe vivencias que todos podemos haber tenido en un momento, porque me fue llevando tranquilamente al pueblo y a la fiesta, y porque jugó con los husos horarios para viajar por el tiempo. En realidad todos los relatos me parecía que tenían ( y lo tienen ) algo de bueno, todos me parecían merecedores de estar entre los elegidos. Abrazo fuerte. Uy... ¿en qué estaba yo pensando? |
Yo también agradezco los que habéis hecho de Tiempo de flores... En realidad son fragmentos de varios capítulos de una cosa más grande. Corta y pega. De hay la incoherencia que se observa al leerlo. Como ya comenté en un mensaje que dejé por aquí. He decidido no participar en esta edición; estoy pendiente de un par de cosas. Tampoco comentaré los relatos de esta edición. Estoy exhausto. |
DICE JOSEP: Viaje de ida y vuelta : Se afirma en el relato: “Ya sabían que no se podía retroceder al pasado, pero los científicos creían que sí se podría ir hacia el futuro. Su viaje buscaba confirmación a esta hipótesis.”. Pues bien, el experimento de enviar un hombre hacia el futuro puede resultar bien. Un par de años, por ejemplo. Se trataría de esperar dos años para encontrarse de nuevo con el viajero, recién llegado tras un salto temporal. Pero una vez en el futuro no se podría regresar, pues con ello se iba a contradecir la premisa inicial de que no es posible viajar al pasado. Yo creo que el problema de este relato es que mezcla los viajes “en el tiempo” con los viajes “por el tiempo”. En realidad estamos ante una hipótesis totalmente posible de acuerdo con la teoría de la relatividad, y es la de que un viaje al espacio exterior en una nave que alcanzase gran velocidad, podría suponer, por el fenómeno de la dilatación temporal, que los dos años vividos por el astronauta fuesen cuarenta para los que quedaron en la tierra. En realidad el salto al futuro de dos años podría consistir en enviar al viajero a dar un largo viaje por el espacio que para él supondrá un breve tiempo, pero que al regresar “le habrá llevado al futuro” pues habrán pasado dos años en la tierra. Por lo tanto esa “tecnología muy avanzada para viajar en el tiempo” no es necesaria. Simplemente hace falta una tecnología muy avanzada para viajar por el espacio a muy gran velocidad, ida y vuelta a la tierra. Pero cuesta entender, por otro lado, ese fallo de los que diseñaron la misión y del propio protagonista : pensar que para viajar dos años hacia el futuro tuviese que viajar durante dos años. Porque para eso no hay que viajar. Basta con meterse en una cueva y esperar los dos años. Por eso el relato, que entra en aspectos muy interesantes sobre el tiempo, el espacio y la relatividad, resulta confuso. Tiene una parte ajena a los problemas técnicos o relativistas que es bonita, poética. Me refiero a las vivencias del viajero en su viaje. De lo mejor del relato. Por ello y por ser de verdad un problema de dilataciones del tiempo el que nos narra, creí que debía darle un punto. No todo ha de ser bueno, pese a ello. Sobre su final, ya se ha comentado. Basta recordarlo aquí: “Un día desapareció, sin saber cómo ni por qué, no le buscaron y no volvieron a verle nunca más.” ¿Así? ¿Y ya está? ¿No le buscaron? ¿Al viajero? Queda extraño, sí. Josep mis viajeros salen al Universo a probar algo que no saben si funciona, no salen para dos años, sino hasta ver si consiguen lo que buscan. No regresan de nuevo a la tierra, sino que se encuentran en la tierra de nuevo, no es un regreso, sino que han llegado al futuro, cuarenta años más tarde de los dos que hace que han salido (según su medida del tiempo) Por eso Glenda le dice que han tenido éxito. Sigo pensando que si yo volviera a mi vida después de 40 años, pensando que solo han transcurrido dos, y me encuentro a mi mujer casada con otro, con hijos y nietos y al resto de mis amigos, familiares y vecinos idem incluso algunos muertos hace tiempo, sin trabajo ni nada en común con todo lo que me rodea ... y después de una experiencia como la espacial ... creo que también desaparecería, cuando menos a donde nadie me conozca. Bueno, si tengo que explicar todo esto es que no he sabido escribirlo. Creo que es mi problema. Te agradezco mucho los comentarios, si te respondo con todo este rollo es más porque me explico para mí que otra cosa. Gracias amigo. |
(...)
Y ahora, un comentario al texto ganador, La llegada:
1º) Unas cositas formales
-No pillo la frase cierro los ojos e imagino como la guitarra rasguea los arpegios. Vamos a ver: el protagonista ¿no estaba conduciendo, además, por una carretera sinuosa como pocas? Y por cierto, en ese contexto de música y con la frase inicial de Serrat, la carretera sinuosa me remite al winding road de los Beatles.
-Tampoco me parece muy feliz la frase Detengo el coche y lo abandono. Tendría sentido si lo abandonara en un desguace, pero así parece como si se tratara de un perro o un abuelo tirados en una gasolinera para librarse de ellos en vacaciones.