Pues miren ustedes for where que ayer tarde llegó a mi casa mi cuñado que, entre otras cosas, es un monstruo en informática y me pidió enviar un correo a su oficina.
—Laméntolo mucho, pero me temo que mi ordenador tiene un troyano que me impide conectarme con another one, además con el riesgo de contagiarle la “gripe porcuna” al receptor.
Como resulta que es un tío importante y su oficina también, pues se preocupó y, sin encomendarse ni a dior ni al diablo, se metió hasta las trancas en mi ordenata y al rato me dice
—¡Inútil! ¿Desde cuando tienes este “troyano” dándote por saco?
—Pues hace bastante tiempo y hasta después de feria no me lo pueden arreglar.
—¡Vaya! Pues me temo que eso no va a ser posible
—¡No me jod.. cuña! ¿Voy a tener que tirar el trasto? ¡Pero si no tiene ni tres meses! Está como quien dice recién salidito del horno. ¡¡¡La madre del troyano este!!!
—Vamos a ver, capullo de rosa sin espinas. ¿Cuánto tiempo hace que trabajas con un ordenador?
—Ya ni me acuerdo —le comento yo todo orgulloso de mi extensa experiencia en informática “projunda”
—Ya veo ya, o sea que, ¿en todos estos milenios todavía no te has enterado de lo que tienes entre las manos?
—¡Hombre cuña, entre las manos, dependiendo del día y la hora, a veces tengo “cosas” que sí sé para qué sirven!
—Tú lo que tienes es demasiada edad para los tiempos que corren —“¡El hijo de put…! ¡Qué se habrá creído, si solo tiene veinte años menos que yo!”
—Mira, cuña, si empezamos a insultar te largas ya con tu hermana a la feria y tengamos la fiesta en paz. Decirme a mí viejo que me faltan por lo menos ...tantos años para llegar a los noventa —y muy dignamente me salgo del despacho.
—¡Espera! Einstein del conocimiento informático y mira para lo que valen los estudios de una carrera —y comenzó a teclear no sé que cosas. Allí aparecieron las tripas de mi Outlook Express. Mira esto, fenómeno, es la versión de tu correo, como ves es la 6; pues has de saber que para ciertos tipos de envíos necesitas tener instaladas las versiones más modernas, la 7 o la 8. Bien, ahora nos las vamos a bajar de internet. Y así lo hizo; luego escribió su correo y lo envió correctamente. Yo, con los ojos como platos soperos vacíos, me quedé absorto y con la mente aun más en blanco de lo natural en mí, y, sin el menor rubor le pregunté
—¿Y mi troyano? ¿Te lo has cargado sin avisarme? Joder, ahora que le estaba tomando cariño y todo.
—Mira, monstruo de la informática, tú lo más cercano a un troyano que has tenido ha sido un “ibero” pero de bajo rendimiento mental, vamos, un inútil con ciertas connotaciones de incapacidad absoluta.
—¿Entonces ya puedo postear en bubok?
—No sé qué es eso de bubok, pero puedes postear a todos lados, claro, si tienes nivel intelectual suficiente.
No os quiero contar como terminó mi conversación con el “listillo” de mi cuña, pero lo más cercano que lo envié fue a la feria de Abril de Sevilla.
Y, para desgracia de todos ustedes vosotros y del foro en general, aquí me tenéis de nuevo, coleando y con las dos manos libres para tocarle los coj… a quien se tercie. Y eso que el BarÇa ayer me mojó bien la oreja, vamos, que me hizo un roto que vamos a ver como lo remiendo sin que se note mucho. Lo que hay que sufrir, ¡dior mío!
Hacemos fácil la lectura
La comunicación especializada en escritores
Pues miren ustedes for where que ayer tarde llegó a mi casa mi cuñado que, entre otras cosas, es un monstruo en informática y me pidió enviar un correo a su oficina.
—Laméntolo mucho, pero me temo que mi ordenador tiene un troyano que me impide conectarme con another one, además con el riesgo de contagiarle la “gripe porcuna” al receptor.
Como resulta que es un tío importante y su oficina también, pues se preocupó y, sin encomendarse ni a dior ni al diablo, se metió hasta las trancas en mi ordenata y al rato me dice
—¡Inútil! ¿Desde cuando tienes este “troyano” dándote por saco?
—Pues hace bastante tiempo y hasta después de feria no me lo pueden arreglar.
—¡Vaya! Pues me temo que eso no va a ser posible
—¡No me jod.. cuña! ¿Voy a tener que tirar el trasto? ¡Pero si no tiene ni tres meses! Está como quien dice recién salidito del horno. ¡¡¡La madre del troyano este!!!
—Vamos a ver, capullo de rosa sin espinas. ¿Cuánto tiempo hace que trabajas con un ordenador?
—Ya ni me acuerdo —le comento yo todo orgulloso de mi extensa experiencia en informática “projunda”
—Ya veo ya, o sea que, ¿en todos estos milenios todavía no te has enterado de lo que tienes entre las manos?
—¡Hombre cuña, entre las manos, dependiendo del día y la hora, a veces tengo “cosas” que sí sé para qué sirven!
—Tú lo que tienes es demasiada edad para los tiempos que corren —“¡El hijo de put…! ¡Qué se habrá creído, si solo tiene veinte años menos que yo!”
—Mira, cuña, si empezamos a insultar te largas ya con tu hermana a la feria y tengamos la fiesta en paz. Decirme a mí viejo que me faltan por lo menos ...tantos años para llegar a los noventa —y muy dignamente me salgo del despacho.
—¡Espera! Einstein del conocimiento informático y mira para lo que valen los estudios de una carrera —y comenzó a teclear no sé que cosas. Allí aparecieron las tripas de mi Outlook Express. Mira esto, fenómeno, es la versión de tu correo, como ves es la 6; pues has de saber que para ciertos tipos de envíos necesitas tener instaladas las versiones más modernas, la 7 o la 8. Bien, ahora nos las vamos a bajar de internet. Y así lo hizo; luego escribió su correo y lo envió correctamente. Yo, con los ojos como platos soperos vacíos, me quedé absorto y con la mente aun más en blanco de lo natural en mí, y, sin el menor rubor le pregunté
—¿Y mi troyano? ¿Te lo has cargado sin avisarme? Joder, ahora que le estaba tomando cariño y todo.
—Mira, monstruo de la informática, tú lo más cercano a un troyano que has tenido ha sido un “ibero” pero de bajo rendimiento mental, vamos, un inútil con ciertas connotaciones de incapacidad absoluta.
—¿Entonces ya puedo postear en bubok?
—No sé qué es eso de bubok, pero puedes postear a todos lados, claro, si tienes nivel intelectual suficiente.
No os quiero contar como terminó mi conversación con el “listillo” de mi cuña, pero lo más cercano que lo envié fue a la feria de Abril de Sevilla.
Y, para desgracia de todos ustedes vosotros y del foro en general, aquí me tenéis de nuevo, coleando y con las dos manos libres para tocarle los coj… a quien se tercie. Y eso que el BarÇa ayer me mojó bien la oreja, vamos, que me hizo un roto que vamos a ver como lo remiendo sin que se note mucho. Lo que hay que sufrir, ¡dior mío!