Fiesta del Otoño medio � - No hubo más remedio que volver a pelear. Tras los franceses vinieron los norteamericanos. Ninguna victoria bastaba para terminar esa guerra infinita… Minh Thu calló su historia, recordando con pesar a los familiares caídos, su padre, su hermano más querido… - Bà –dijo su nieta- ¿crees que mis padres me regalarán la videoconsola que les he pedido? - No sé, aún falta para la fiesta del Otoño. ¿Te portaste bien? - Sí, Bà. Todas mis amigas la tienen. Thu pasó la tarde mirando por la ventana, como si el mundo que recordara aún se extendiera ante su vista. |
Rebeldía — No hubo más remedio que volver a pelear, porque todo empezaba de nuevo. Mercedes estaba muy asustada, envejeció diez años de golpe. Al principio nos engañábamos el uno al otro haciendo ver que todo iba bien, que el tratamiento funcionaba; a veces hasta nos lo creíamos de verdad, pero la enfermedad había vuelto y esta vez parecía peor que la primera. — Ella fue muy valiente ¿no crees? — Sí, he admirado siempre su valor, me ha costado mucho dejar de rebelarme contra la injusticia de su muerte. |
Sobre la arena No hubo más remedio que volver a pelear. Lo habíamos hecho perfecto. Tanto Rod como yo habíamos desarrollado la escena de la lucha con magnífico realismo. Con la ayuda de las tres cámaras auxiliares se habían podido hacer diversas tomas de los más variados ángulos. Satisfechos y sonrientes, nos dirigíamos hacía Mr.Huston, el director, cuando vimos con sorpresa que se abalanzaba como una fiera sobre nosotros, y tomando a Rod por el brazo izquierdo, gritaba: "¡Hay que repetir la escena! ¡Este cretino ha olvidado quitarse el rolex!" |
Sobre la arena No hubo más remedio que volver a pelear. Lo habíamos hecho perfecto. Tanto Rod como yo habíamos desarrollado la escena de la lucha con magnífico realismo. Con la ayuda de las tres cámaras auxiliares se habían podido hacer diversas tomas de los más variados ángulos. Satisfechos y sonrientes, nos dirigíamos hacía Mr.Huston, el director, cuando vimos con sorpresa que se abalanzaba como una fiera sobre nosotros, y tomando a Rod por el brazo izquierdo, gritaba: "¡Hay que repetir la escena! ¡Este cretino ha olvidado quitarse el rolex!" |
Street Fighter
No hubo más remedio que volver a pelear, él siempre lo solucionaba todo a hostias. La
tarde que conocí al Cristian en las recreativas, yo jugaba al Street
Fighter cuando entró con unos amigos y una chica. “Queremos echar una
partida”. Mientras jugaban, no le quité ojo a ella: su flequillo, su
peca, sus ojos negros... Otra tarde le pregunté qué relación tenía con
la Vane: “Sólo somos amigos”. Como
siempre que nos zurrábamos, enseguida me cogió de un brazo, me hizo una
llave y me tiró al suelo. Oliendo el polvo le dije: “Eres un puto
mentiroso de mierda”.
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Último combate
No
hubo más remedio que volver a pelear, como los viejos tiempos, a cara
de perro, igual de serios, a escondidas o a solas en casa, con la misma
violencia o más si cabe, apretando los dientes, con la rabia desbocada,
por aquel juguete entonces, por esta zorra ahora.
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A veces sueñas No hubo más remedio que volver a pelear pues el gong había sonado y el cabrón seguía en pie. Te aseguraron que en el segundo asalto el combate sería tuyo, pero en el décimo, aún no estaba decidido quién se haría con el título... Ligado a tu cama, a veces sueñas que sales del ring por tu propio pie, que aún puedes correr y saltar, que aún puedes abrazar a una mujer. |