Relatos Tórridos

Decía Octavio Paz que “en todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación”, y cuando dejamos que la imaginación corra, es entonces cuando el corazón se encoge y el cuerpo se abre a las sensaciones.

 Generalmente estamos llenos de prejuicios que nos impiden ser nosotros mismos, disfrutar de la sensación de tener la piel de otra persona acariciando la nuestra, sentir el calor del otro y disfrutar del placer del sexo.

 El Marqués de Sade nos animaba a darnos indiscriminadamente a todo lo que sugieren nuestras pasiones para ser siempre felices y afirmaba que "la conciencia no es la voz de la naturaleza, sino solo la voz de los prejuicios”.

 Esta serie de relatos, sin ser estrictamente eróticos, nos llevan a la parte más tórrida de la mente humana, y nos invitan a librarnos de la tentación, simplemente cayendo en ella, como defendía Óscar Wilde.