INDAGACIONES MODELO NEOCLÁSICO HACIA ECONOMIA VITAL

La presente obra se estructura sobre la base de indagaciones al instrumental analítico y conceptual del modelo neoclásico de la Microeconomía y con él a todos los modelos que se basan en el principio de marginalidad. Entre otros temas, muestra la manía de generalizar o singularizar, arbitrariamente, conceptos y herramientas que deben ser debidamente acotados; tal el caso de la generalización de la llamada Ley de la Utilidad Marginal Decreciente, la que sólo se aplicaría a algunos bienes de consumo directo, pero que los neoclásicos lo universalizan a los medicamentos (por ejemplo, a los antibióticos) a las aspiradoras, alfombras, casas, tractores… Las indagaciones se extienden a la supuesta imposibilidad de que dos curvas de indiferencia se crucen, con lo que un mapa de indiferencia debería estar conformada por curvas de igual pendiente, es decir, la imposibilidad de que los sujetos cambien sus gustos. Por otra parte, pretenden, tal como lo hace Mankiw, comparar las decisiones de las grandes corporaciones transnacionales con las tareas inherentes a una ama de casa. Las indagaciones también demuestran la arbitrariedad de las curvas de demanda y oferta. Muestra que, a pesar de la afirmación de que el empresario nunca debe aumentar el precio del bien en el segmento elástico de la curva de demanda, todos los empresarios se mueven en esa dimensión; como un ejemplo, se trae a colación la actitud de la OPEP, que obtuvo grandes ganancias por haber reducido su cuota de producción, aumentando los precios en el segmento elástico de la curva de la demanda de petróleo. En otro estado de coas, la “Economía vital” que la obra propone, estima que ambas, la curva de indiferencia y la isocuanta, pueden ser sustituidos por las líneas de restricción presupuestaria o, por la de Isocostos, debido que, en vez de un solo punto de tangencia, las rectas presupuestarias y de isocostos ofrecen teóricamente infinitos puntos para escoger, en un proceso que el sujeto económico entrelaza las condiciones objetivas de mercado con las subjetivas. Por otro lado, critica la actitud que asumen con el objeto de demostrar sus “leyes” usando el mercado de competencia perfecta; para ello, crean programas de simulación para la aplicación de un modelo, y luego cambian el valor de alguna variable, cambio que se expresa en la pantalla de una computadora; pero, en su afán de demostrar la validez de sus “leyes” confunden al modelo con la realidad y afirman que lo que sucedió en el modelo sucederá en el mundo real. Se olvidan que, en el comercio internacional, ni aún los mercados de commodities operan en mercados de libre competencia, pues la competencia de las grandes corporaciones transnacionales ha reemplazado a la de los dueños de almacenes de barrio. Las indagaciones muestran el abandono de las propuestas de creador del modelo neoclásico, Alfred Marshall, para quien, la curva de oferta de un bien es el costo medio de producirlo, en el que se encuentra incluida la tasa de beneficio normal. También abandonan otra propuesta de Marshall: la cantidad demandada era la variable independiente y el precio, la dependiente, relación que ahora es inversa. Hay varias indagaciones al respecto, pero también hay nuevas herramientas analíticas y conceptuales concebidas en mi modelo “La Economía Vital”, modelo que postula que el objetivo principal de la Ciencia Económica es velar por el nivel de vida de la población, tal como lo propusieron los clásicos. Critica a los “Racionalistas” (diferenciándolo de los seres racionales) por su insistencia obstinada de hacer de la Economía una ciencia con los atributos de la física de Newton y el deseo de ser considerados como “científicos” por la introducción de las matemáticas en el desarrollo de sus premisas. Finalmente, la Economía Vital califica de modelo “Vudú” a las especulaciones inadecuadas de los teóricos del marginalismo en general, entre ellos, a los neoclásicos, porque da la impresión de que segregan sus lucubraciones como los espiritistas, los ectoplasmas.