Bolivia: el marxismo y la insurrección

Toda gran revolución pone a prueba a las corrientes que se reivindican del proletariado revolucionario, sus teorías, estrategias y programas. La revolución boliviana en particular, pasó por su rasero a la única corriente que luego del paso del stalinismo y la socialdemocracia al campo burgués podía hablar en nombre de la revolución proletaria: el trotskismo y la IV Internacional. Tanto en la revolución de 1952 como en la de principios de este siglo, la lucha viva de las clases dio su veredicto: la estrategia y el programa de fundación de la IV Internacional de 1938 pasaron la prueba nuevamente. Por el contrario, aquellos reformistas y oportunistas que, hablando en nombre de la IV Internacional, levantaron la estrategia stalinista de “revolución por etapas” y pregonaron la conciliación de clases, quedarán marcados para siempre como renegados de la revolución proletaria.

Este tomo II de "Bolivia: una revolución traicionada", titulado “El marxismo y la insurrección. La bancarrota del reformismo y el oportunismo en la revolución boliviana”, contiene documentos que concentran, fundamentalmente, la lucha que, en la revolución misma y contra los renegados de la IV Internacional, dimos quienes conformamos hoy en el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI, luchando por dotar al proletariado boliviano de una dirección que lo lleve al triunfo. Este combate es inseparable de la lucha internacional por reagrupar a las fuerzas sanas del trotskismo, para refundar el partido mundial de la revolución socialista, bajo el legado de la IV Internacional de 1938.