Segundos

La historia se construye sobre la idea de que los hombres actuales somos una segunda humanidad resultado de un accidente de una humanidad anterior que había alcanzado un nivel tecnológico superior al nuestro.

En el año 1484, la tecnología de la primera humanidad (para nosotros hombres de Neandertal) es realmente avanzada, ya han construido naves espaciales y explorado parte de la Vía Láctea, y ahora ya son capaces de controlar la energía construyendo máquinas de potencia sin límites. Esta potencia ilimitada les permite plantear motores que rocen la velocidad de la luz C, que es el avance necesario para abordar la exploración de los límites de la galaxia y la exploración extra-galáctica. Estamos en la primera prueba tripulada provista del primer motor de velocidad luz. Como es conocido, nada puede ir más rápido que la luz, ni siquiera nada puede alcanzar esta velocidad. A medida que nos acercamos a dicha velocidad ocurren efectos espectaculares, como por ejemplo, la dilatación del tiempo, lo que en realidad otorga a la nave que se convierta en una máquina del tiempo hacia el futuro, ya que alguien que viaja a esta velocidad hace que su reloj biológico se ralentice en relación a las personas que quedan en un planeta de referencia.