El juego de Arcibel

Arcibel Alegría vive en la República de Miranda, una pequeña isla ubicada en algún lugar del Latinoamérica. Miranda sobresale por ser el mayor productor de maíz pisingallo de América Latina y tener los índices más abultados de analfabetismo, mortalidad infantil y prostitución.

A comienzos del año 1967 Arcibel trabaja en el Diario El Mundo donde escribe comentarios ajedrecísticos, crucigramas, el horóscopo y, de vez en cuando, alguna necrológica. El prefiere este mundo de palabras y movimientos de piezas sobre un tablero a lidiar con una realidad tan descarnada. Ya bastante tiene con su ex mujer que le impide ver a su hija Rosalinda, hasta tanto no pueda contribuir con los gastos de la pequeña.

Un día por un error, esos errores que suceden en estos países tan al sur, hacen que Arcibel termine preso.

En la cárcel tomará contacto por primera vez con gente que resisten a la dictadura y sueñan con hacer un país donde todos tengan las mismas oportunidades.

En la prisión hará de buenos amigos y también podrá jugar al ajedrez, el juego que más le gusta hasta que poco a poco, el tiempo va a terminando con la vida de los presos políticos y los ajedrecistas.