Clichés Antiliberales

A la gratitud y el orgullo por ser uno de los columnistas más veteranos de EXPANSIÓN se une ahora un motivo adicional: mi periódico ha considerado oportuno publicar un libro electrónico con la veintena de artículos que integraron mi serie agosteña de 2013: Clichés antiliberales.

            Siempre me atrajo el personaje del campanero en The hunting of the snark de Lewis Carroll, que presenta como indudable una absurda teoría reiterativa de la verdad, y todo el rato insiste: Whatever I tell you three times is true!

            Más que ridícula, que también, su actitud resulta reveladora de la pereza y el temor que habitualmente condicionan nuestras reflexiones: es mucho más cómodo abrigarnos tras un cliché que poner en cuestión ideas generalizadas que pasan por ser incontrovertibles.

            Ni por un momento piense usted que es algo que afecta a personas sin formación: estoy harto de ver en el mundo académico a economistas que se atrincheran tras los fallos del mercado (externalidades, bienes públicos, asimetrías de información) para dar por sentado que la intervención pública es obviamente necesaria. Y hace medio siglo T.S.Kuhn subrayó que el refugio en los paradigmas establecidos es la norma de los científicos. Y de todo el mundo, añado.

            Pues bien, esta serie trata de eso, de numerosos lugares comunes que se repiten como si fueran verdades reveladas que supuestamente demuestran sin lugar a dudas que la libertad es mala y sus instituciones, en particular la propiedad privada y los contratos voluntarios, son sospechosas. Como dice el tango: mentira, mentira.