El Abad Hesa (El primer caso del Inspector Martín)

La trama de este acto se desarrolla en el patio de una abadía en cualquier lugar del mundo en el siglo XX, porque los monjes son iguales a los ojos de dios estén donde estén y a los míos también.

El fondo del escenario y los laterales deben ser un corredor con arcos, de tonos grises, imitando a la piedra de sillería típica de las abadías del siglo XV, o bien una simulación de tal de manera que parezca lo antes descrito. Debe haber un acceso por la parte izquierda del escenario (siempre desde el punto de vista del espectador) que será la entrada a la abadía, y otro acceso por la parte derecha que será el acceso desde el patio al resto de estancias.

La iluminación debe ser la adecuada para un ambiente de luna llena hacia la media noche durante el verano.

Los monjes vestirán el típico atuendo marrón de los franciscanos. Si han de llevar puesta la capucha o no, se indicará en cada momento del personaje.

El inspector viste traje no demasiado elegante ni demasiado pasado de moda que incluirá chaqueta y corbata al uso.

Comienza la escena iluminándose a partir de oscuro total como antes se ha descrito, se oyen grillos de fondo y campanas dando las doce.