¿Cuántas veces os ha pasado que os habéis puesto a corregir un libro vuestro, y no os termina de gustar? Si os ha pasado, sufrís de obsesión por la corrección.
Muchos autores sienten la tentación de corregir una y otra vez sus obras, lo que puede llegar a distorsionar la idea principal del texto o a que el autor nunca de por finalizado el libro.
Esto es un gran problema ya que muchos libros cuyo desarrollo es muy bueno, nunca ven la luz por la indecisión de sus autores.
¿Qué es exactamente la corrección de un libro?
Una creencia muy extendida es que corregir un libro es solo poner tildes, comas, quitar letras sobrantes, etc. Pero la corrección es mucho más que eso.
Además de la corrección habitual y de adecuar el mensaje (estructura, lenguaje y contenido) al público
objetivo, la corrección de estilo es, como bien señala la UniCo, revisar el texto para eliminar errores léxicos o de la lengua, gramaticales y de redacción.
¿Qué hacer para que la obsesión por la corrección no nos afecte?
No hay una manera definitiva y correcta de corregir. Desde Bubok, nuestro consejo es que, si vais a corregir vuestro propio libro, lo hagáis una vez esté finalizado, de esta manera:
Una primera lectura completa para corregir todos los errores ortográficos y gramaticales que pueda haber en nuestras páginas.
La segunda corrección, una vez ya estén subsanados los errores superficiales, es para corregir el estilo de la narración, adecuándola al público objetivo y cuidando que no haya frases difíciles de entender, párrafos sin sentido o repetitivos, etc.
Por último, toca la gran corrección final.
Esta no se debe hacer hasta que las 2 fases anteriores están hechas, incluso sería recomendable distanciarse un poco del libro, durante unos días o semanas, para corregirlo por última vez “en frío”, y poder ver aquellos errores que no vimos antes.
Estoy obsesionado/a con la corrección de mi libro, ¿qué hago ahora?
Si después de las 3 fases anteriores, repetimos una y otra vez el proceso de corrección, tenemos un problema.
Para solucionarlo, una opción sería guardar el libro en un cajón y no volverlo a corregir en un tiempo largo y, si esto no funciona, recurrir a una tercera persona para que haga la última corrección DE VERDAD, antes de mandarlo a publicar.
También se puede recurrir a servicios profesionales para la corrección, para que una tercera persona, profesional, haga una corrección ortográfica y de estilo y así evitar errores que pueden arruinar la publicación de nuestro libro.
Esperamos que este texto te haya servido de inspiración, sobre todo si, como muchos de nosotros alguna vez, os veis afectados por la dichosa obsesión por la corrección. ¡Hasta pronto!