Hoy es 27 de marzo, Día Mundial del Teatro. La celebración se estableció en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro para que no olvidáramos la importancia que tiene en nuestro día a día. Y, aunque no vayas a ver obras de forma repetida, sí que probablemente veas series y películas, que son, esencialmente, una adaptación modernizada del teatro.
Para celebrar este día tan importante, queremos recordar los orígenes del teatro y de qué se compone. Además, si es un género que te guste consumir, este artículo te permitirá tener algunas bases para poder escribir tu propia obra de teatro.
¿Qué es el teatro?
El teatro es un género literario relacionado con las artes escénicas. Es, así, la representación de historias o sucesos mediante discursos, diálogos, gestos, escenografía y música. La palabra española proviene de la griega clásica theatron, que significa lugar para contemplar.
Y es que el teatro como lo conocemos ahora se originó en las fiestas en honor al dios del vino Dioniso de la Antigua Grecia. Tenemos pruebas de representaciones dramáticas de rituales mágicos o espirituales que muestran que el teatro surgió incluso antes de la antigua civilización egipcia. Sin embargo, las normas actuales que rigen las obras teatrales se dieron en Grecia, con lo cual, al estudiar sus orígenes, siempre se habla de los griegos.
Las obras empezaron siendo simples, con un coro liderado por el corifeo, y uno o dos actores, representándolas en pequeñas plazas. A medida que se añadían actores y aumentaba la complejidad de las escenas, se dio la necesidad de crear teatros, que son los que conocemos hoy en día, como son el de Epidauro o el de Dioniso.
En la Antigua Grecia, los actores llevaban máscaras para actuar, con lo que la gente no veía sus expresiones faciales. Por eso, dependían de los sonidos y la música para poder transmitir las emociones al público. Asimismo, el coro permitía tener pequeños interludios en los que los actores podían cambiar de túnica para representar a otros personajes.
¿Qué géneros de teatro hay?
Podemos englobar al teatro de la Antigua Grecia en dos grandes grupos: la tragedia y la comedia. Todo el resto de géneros, como la tragicomedia, la ópera y los musicales, entre otros, son una extensión, de una forma u otra, de los primeros géneros originados en Grecia.
La tragedia es un género dramático que consiste en la representación de, normalmente, un mito griego. Las obras, a pesar de tratar temas mitológicos, abordaban conflictos universales, como son el poder, la traición, el honor o el destino, que es inevitable. Los héroes siempre son conscientes de lo que les hace sufrir a ellos y a los demás, y lo razonan en sus diálogos.
Las obras se escribían y representaban para los ciudadanos griegos con una finalidad didáctica. Es decir, pretendían transmitir valores cívicos y religiosos. Finalmente, cabe destacar que una de las principales finalidades de las tragedias es llevar a la catarsis, permitiendo la liberación emocional de los espectadores.
Por su parte, los autores de comedia utilizaban este género para burlarse de cuestiones que afectaban a la sociedad griega, como es, por ejemplo, la política. Su principal finalidad era hacer reír a los espectadores mediante personajes arquetípicos, lenguaje vulgar y situaciones absurdas.
Cabe mencionar que, desde entonces, han surgido muchos más géneros. Entre ellos destacamos la tragicomedia, el drama, la ópera, la zarzuela, el teatro musical, los monólogos y el auto sacramental.
¿Qué es la estructura externa?
La estructura externa es la forma física de la obra. Es decir, en el caso del teatro la conforman el título, el reparto, los actos, los cuadros y las escenas.
El título y el reparto aparecen al principio del texto y sirven para identificar el nombre de la obra y de los diversos personajes que aparecen en ella. Por otra parte, los actos son una unidad coherente propia que se utiliza para dividir una obra escénica. Los actos se terminan mediante el apagado de luces o bajando el telón. Las obras de teatro se pueden dividir en hasta cinco actos.
Los actos se dividen en escenas y cuadros. Una escena es una unidad de acción que se define por el espacio físico en el que sucede la acción. En el caso de la Antigua Grecia, se realizaba mediante el cambio de decoraciones en el escenario. Las escenas francesas, sin embargo, dictan un cambio de número de personajes. Finalmente, cabe destacar la escena obligatoria, que es aquella anticipada por el público y finalmente resuelta.
Los cuadros son representaciones independientes de un evento corto que indican un hueco en el espacio y el tiempo de una obra teatral. Se trata de una unidad independiente al resto debido a que tiene un planteamiento, desarrollo y desenlace propios, que no están obligatoriamente ligados al resto de la trama de la obra.
¿Qué es la estructura interna?
Al igual que todos los demás textos literarios, las obras de teatro se componen de una introducción, un desarrollo y un desenlace. Lo que diferencia al teatro es que su estructura interna, después del desarrollo, cuenta con un clímax.
El planteamiento es la situación inicial en la que encontramos a los personajes. Se trata del momento en el que los conocemos a ellos y al conflicto principal de la obra.
El desarrollo empieza en cuanto conocemos cuál es el conflicto principal. Es aquí cuando empiezan las complicaciones a las que tiene que enfrentarse el protagonista. El nudo culmina en el clímax, que es el momento en el que más intenso es el conflicto.
Tras el clímax, nos encontramos con el desenlace, cuando tanto el conflicto principal como los del protagonista se resuelven. Si la obra de teatro termina de forma feliz, se trata de una comedia, y si termina de forma desafortunada, se tratará de una tragedia.
Esperamos que este artículo os haya servido para conocer más sobre la historia del teatro y su evolución a lo largo del tiempo. También, con un poco de suerte, os inspira a querer ir a ver una obra de teatro próximamente. No podemos olvidar la importancia del teatro y la relevancia que tiene en nuestro día a día. ¡Feliz día del teatro!