Me cuesta escribir algo sobre mí, porque no encuentro nada relevante que decir. Soy médico (oncólogo radioterápico) jubilado, tengo 64 años, adoro la soledad y el silencio por encima de la mayoría de las cosas que me rodean. He aprendido a disfrutar de todo lo bueno que me ofrecen las distancias cortas, de ahí que prefiera la sencilla conversación con mi mujer a la mejor de las reuniones; charlar de irrelevancias con mis amigos -siempre pocos-, antes que perder el tiempo en cenas de compromiso; dormir, a pasar las horas tomando copas; la quietud de mi casa, a la convulsión de los centros comerciales; compartir el dolor con quienes sufren, antes que reír con los superficiales; llorar con los abatidos, antes que soportar a los frívolos; rezar, antes que jactarme de lo que soy o poseo; agradecer, en vez de reclamar agradecimiento. Como ves, no he hecho una descripción de mis logros, pero a cambio te he mostrado un rincón de mi alma. Me gustaría que nadie supiera más de mí, pero como aspiro a que mis modestos libros se lean, quizás encuentres algo más en las redes sociales (aunque aun no me manejo bien en ellas).