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robq97

Uno de los hechos más aberrantes de la historia de la humanidad es, sin duda alguna, el denominado
Holocausto. Aberrante porque en él coincidieron tantos antivalores, prejuicios,
manipulación de diversa índole, oportunismo político y económico, deshumanización, el anonimato
conveniente que posibilitan las masas, el cómodo sometimiento de quienes siguen a
personajes o ideologías ante un poder desmesurado y sin justificaciones valederas, entre otros
muchos elementos que se podrían enumerar.
En fin, tantos factores negativos relacionados con la naturaleza humana llevada a los más vergonzosos
extremos de acción en unos casos, o de inacción y hasta indiferencia en otros casos,
que obliga a la Historia y a las diferentes generaciones a no olvidar. A conocer en detalle los
por qué, el contexto y quiénes fraguaron tal ignominia, para que nunca más el ser humano
permita que algo similar, o peor aún, tenga lugar.
Las inequidades en la sociedad, los excesos de poder político y económico; la manipulación
de las creencias, las supremacías raciales, el odio (o miedo) a las diferencias, son un oportuno
caldo de cultivo para que se gesten hechos como el Holocausto. Por ello, los científicos sociales
deben estar alertas siempre ante movimientos o propuestas de convivencia que pueden desencadenar
muchos de los elementos necesarios para un Holocausto.
Ya en el Siglo XX fuimos también testigos, por ejemplo, de genocidas limpiezas étnicas en
África. En este Siglo XXI la prensa informa sobre “campos de reeducación” en China para ciertas
etnias no afines al actual gobierno. Vemos con estupor la separación de hijos y padres en
centros de detención del gobierno estadounidense con base en su política antiinmigrantes.
Es pan de cada día los linchamientos exacerbados en las famosas redes sociales. Perplejos nos
dejan también la ascensión al poder en diferentes países, como el caso de Brasil, de personajes
e ideas políticas que promueven la anti ciencia y también justifican la violencia y la discriminación.
Y todas esas señales son muy peligrosas para una convivencia pacífica y civilista. Por eso recapitulo:
las generaciones ya adultas y, sobre todo, las generaciones más jóvenes deben analizar
y condenar lo hecho durante el Holocausto para no permitir que algo igual vuelva a suceder.
Y en ese compromiso de No Olvidar, las universidades por medio de sus acciones formativas y
de investigación juegan en este momento un papel determinante.