“En tiempos lejanos, donde el sol naciente se torna en contra de la tierra, nació un Rey. Erigido como una divinidad, este renunció a su estado natural para salvar a un pueblo, el Pueblo de Anaís. En él, se encontraba la hechicera que había robado su corazón. Pero esta unión desvió los propósitos que su padre, el semidiós Elgoneth, tenía para ella. Esto conllevó a que la Asamblea Dorada, hogar celestial de las deidades, tomará la decisión de destruir el Reino y disgregar el vínculo entre ellos. Derramaron la oscuridad sobre los cielos, y esparcieron un miedo inextinguible con El Esplendor, ejército del Reino de Dragones. Así, cientos de bestias atacaron la región con la intención de eliminar de forma despiadada la armonía y la inocencia de todos los lugareños, pero sus esperanzas no estaban perdidas, pues con el nacimiento de sus tres príncipes se hallaba la posible salvación y sobrevivencia del místico reinado.”