Nací en Buenos Aires un sábado de febrero a las diez de la noche. Hacía mucho calor y cuenta mi madre que tenía hambre. Era su primer parto y no sabía si podía mezclar pizzas a la napolitana con contracciones, expulsiones de bebés y llantos.
Viví en Perú, en Argentina, en Italia, arriba de un barco en el medio del Caribe, en la casa ajardinada de una amiga, en departamentos varias de novios que no llegaron a maridos, ahora en España y si tengo suerte, podré continuar pagando la hipoteca durante 20 años que cuando terminen será como salir de la cárcel. En caso de que no pueda ser, elegiré el Parque del Retiro, siempre me ha parecido un espacio encantador.
Estudié seriamente astrología durante años, me aventuré también en la uni de psicología que la crisis del corralito me quitó de las manos, teatro, talleres literarios, masajes (terapéuticos). Cursos de todo tipo y color entre los cuales recuerdo uno de cocina y otro de meditación. Inglés nivel medio, internet nivel usuario. Podría haber sido astronauta, pero no se dieron las constelaciones necesarias y me quedé en la Tierra donde lo que mata es la gravedad y la banca. Tengo carnet de conducir, pero trato de usarlo.
Actualmente vivo en San Rafael, Segovia, es un pueblo de montaña cerca de Madrid. Aire puro, silencio profundo y olor a chimenea. No me aburro con facilidad. Dibujo, escribo, hago collage y comidas ricas. Dejé de fumar sorpresivamente y no sé cómo volver a intoxicarme con estilo. De vez en cuando soy feliz.
Sigo viva, 2012.
En la próxima vida quiero volver a ser mujer, pero evitaría ser ama de casa, inmigrante con papeles y escritora desconocida. Un abrazo.