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ALEJANDRO LOPEZ ANDRADA.
ALEJANDRO LOPEZ ANDRADA.
ESCRITOR.
No es demasiado frecuente, al menos en los tiempos que corren, tropezar con un poeta sobrio y auténtico, solidario y humanista.
Últimamente, la poesía -querámoslo o no- discurre por unos cauces de belleza hueca y palabrería inútil. Afortunadamente, hay poetas que siguen entendiendo el acto poético como un desgarro emocional, como un relámpago invisible y efímero, rabiosamente esclarecedor, donde el hombre logra vislumbrar el sentido místico y mágico del universo. Francisco Baena Calvo es un poeta de esta ancestral estirpe: un hombre humanamente profundo, solidario y altruista, pastor de palabras que aglutina en sus versos la verdad de la tristeza y la alegría, el amor y el desamor, el dolor y el desencanto, la vida y la muerte, de un modo terriblemente sobrecogedor y, a la vez, profundamente tierno...
Es un vuelta saludable a la poesía social y humanista que, tan espléndidamente, trabajaron en otro tiempo poetas grandes como Blas de Otero y Gabriel Celaya, Miguel Hernández, Leopoldo de Luís, y otros muchos de su estirpe.
ALEJANDRO LOPEZ ANDRADA. ESCRITOR.
FRANCISCO BAENA CALVO.
EL AUTOR.
...Que nadie busque en este libro de poemas,"JARDINERO DE VERSOS", una línea inútil y vacía, una palabra bella y altisonante, sin sustancia. Francisco Baena nos demuestra en este libro que es un poeta auténtico, sobrio y puro, que escribe por absoluta necesidad, sin ninguna concesión a la estúpida galería del Parnaso: para estos menesteres, en mi opinión, quedan los trasnochados y cadavéricos académicos del lenguaje. ... Es un vuelta saludable a la poesía social y humanista que, tan espléndidamente, trabajaron en otro tiempo poetas grandes como Blas de Otero y Gabriel Celaya, Miguel Hernández, Leopoldo de Luís, y otros muchos de su estirpe. Por eso, por el hondo humanismo de esta poesía, nos sentimos poetas y hombres a la vez, y sentimos rabia dolor, y, a la vez, una extraña e indefinible alegría de habitar este mundo. Rigoverta Menchú, Víctor Jara, Gandhi, y tantas otras muchas personas que predicaron en este mundo con el ejemplo de su vida, son citados y se nos aparecen en estos hondos poemas de Francisco Baena, tan emotivos y desgarradores a un tiempo...
ALEJANDRO LOPEZ ANDRADA.
ESCRITOR.
Que nadie busque en este libro de poemas,"JARDINERO DE VERSOS", una línea inútil y vacía, una palabra bella y altisonante, sin sustancia. Francisco Baena nos demuestra en este libro que es un poeta auténtico, sobrio y puro, que escribe por absoluta necesidad, sin ninguna concesión a la estúpida galería del Parnaso: para estos menesteres, en mi opinión, quedan los trasnochados y cadavéricos académicos del lenguaje. En cambio, el autor de "Jardinero de versos" se solidariza en sus poemas con el dolor y la soledad del hombre, con el inhumano dolor del mundo, rebelándose de un modo generoso contra el sinsentido de las guerras y el hambre, contra los desgarros humillantes del racismo, contra el odio cainita de los fusiles y la metralla.
Es un vuelta saludable a la poesía social y humanista que, tan espléndidamente, trabajaron en otro tiempo poetas grandes como Blas de Otero y Gabriel Celaya, Miguel Hernández, Leopoldo de Luís, y otros muchos de su estirpe....
ALEJANDRO LOPEZ ANDRADA
Quiere el autor a muchos, fundamentalmente a los jóvenes, a mirar dentro y dejar la pluma suspirar "a lo vivo".
EL AUTOR
Por otra parte, no podemos dejar de citar la ternura sacra y el cálido misticismo de muchos de estos versos, que en alguna ocasión traen el maravilloso eco de San Juan de la Cruz hasta nuestros labios. El poeta busca y rebusca la huella de Dios aquí, en la tierra, y lo invoca y lo implora con una fe ciega para que ilumine la negrura de este mundo. Sólo la fe y la solidaridad -sacamos en conclusión- pueden salvar al hombre de la terrible noche en la que vive. De esta manera, hasta el canto humilde que el poeta hace a una encina inútil y seca nos puede llenar el alma de una emoción intensa; porque Francisco Baena, en este hondísimo libro de poemas, también le canta al Paisaje a la niñez, al hombre del pueblo, a los sobrios y bellos milagros del campo en invierno; y aparece la nieve, la lluvia ,la herida del sol, toda la cálida música del universo, para decirnos que aún queda esperanza para el hombre si sabe vivir los estigmas del hambre y la guerra la injusticia y el odio, con una total y desinteresada entrega a los demás, a todos los seres que nos rodean y pueblan el mundo. De este modo, este emocionado y emocionante "Jardinero de versos" nos hace sentirnos más humanos y más niños, mucho más cerca de los misterios del universo misión única y necesaria de la auténtica poesía .ALEJANDRO LOPEZ ANDRADA. Villanueva del Duque. Córdoba. España
La poesía es el lenguaje del corazón y el lenguaje de los sentimientos
Lee JARDINERO DE VERSOS y serenarás tu intimidad.
"Ser engendrado para la poesía" es todo un reto para cualquier poeta y entraña una regeneración.
La poesía es un baño de agua fresca en pleno verano por las tierras andaluzas debería ser reclamada por esta sociedad tan dada al pragmatismo, al stress, al consumo y a las vanidades.
Ser poeta es deshojar, al caer la tarde, las palabras huecas del lenguaje y quedarnos con lo esencial, con la expresión más nítida de los sentimientos íntimos y ocultos...Ser poeta es mirar la vida con los "ojos interiores",lejos de las miradas cómplices del "poderoso de turno" y los fanatismos con adhesiones huecas...Ser poeta es nadar por las veredas del lamento y acurrucarse en sus pechos. Es mirar cara a cara al semblante del horror sin enmascararlo con bellezas huidizas y olvidos manifiestos...Ser poeta es no acostumbrarse a la norma ni la moda, ni a los falsos valores del entorno. Ser poeta es mirar hacia lo lejos y descubrir que lo "esencial es invisible a los ojos"(Saint Exupery),y lo presente es de lo más pasajero...
"JARDINERO DE VERSOS" es una explosión en el ego del poeta y la llama de una antorcha que se mueve en muchos vientos pero no logra apagarse a pesar de las tormentas.
Quiere el autor a muchos, fundamentalmente a los jóvenes, a mirar dentro y dejar la pluma suspirar "a lo vivo".
EL AUTOR.
No es demasiado frecuente, al menos en los tiempos que corren, tropezar con un poeta sobrio y auténtico, solidario y humanista.
Últimamente, la poesía -querámoslo o no- discurre por unos cauces de belleza hueca y palabrería inútil. Afortunadamente, hay poetas que siguen entendiendo el acto poético como un desgarro emocional, como un relámpago invisible y efímero, rabiosamente esclarecedor, donde el hombre logra vislumbrar el sentido místico y mágico del universo. Francisco Baena Calvo es un poeta de esta ancestral estirpe: un hombre humanamente profundo, solidario y altruista, pastor de palabras que aglutina en sus versos la verdad de la tristeza y la alegría, el amor y el desamor, el dolor y el desencanto, la vida y la muerte, de un modo terriblemente sobrecogedor y, a la vez, profundamente tierno.
Que nadie busque en este libro de poemas,"JARDINERO DE VERSOS", una línea inútil y vacía, una palabra bella y altisonante, sin sustancia. Francisco Baena nos demuestra en este libro que es un poeta auténtico, sobrio y puro, que escribe por absoluta necesidad, sin ninguna concesión a la estúpida galería del Parnaso: para estos menesteres, en mi opinión, quedan los trasnochados y cadavéricos académicos del lenguaje. En cambio, el autor de "Jardinero de versos" se solidariza en sus poemas con el dolor y la soledad del hombre, con el inhumano dolor del mundo, rebelándose de un modo generoso contra el sinsentido de las guerras y el hambre, contra los desgarros humillantes del racismo, contra el odio cainita de los fusiles y la metralla.
Es un vuelta saludable a la poesía social y humanista que, tan espléndidamente, trabajaron en otro tiempo poetas grandes como Blas de Otero y Gabriel Celaya, Miguel Hernández, Leopoldo de Luís, y otros muchos de su estirpe.
Por eso, por el hondo humanismo de esta poesía, nos sentimos poetas y hombres a la vez, y sentimos rabia dolor, y, a la vez, una extraña e indefinible alegría de habitar este mundo. Rigoverta Menchú, Víctor Jara, Gandhi, y tantas otras muchas personas que predicaron en este mundo con el ejemplo de su vida, son citados y se nos aparecen en estos hondos poemas de Francisco Baena, tan emotivos y desgarradores a un tiempo.
Por otra parte, no podemos dejar de citar la ternura sacra y el cálido misticismo de muchos de estos versos, que en alguna ocasión traen el maravilloso eco de San Juan de la Cruz hasta nuestros labios. El poeta busca y rebusca la huella de Dios aquí, en la tierra, y lo invoca y lo implora con una fe ciega para que ilumine la negrura de este mundo. Sólo la fe y la solidaridad -sacamos en conclusión- pueden salvar al hombre de la terrible noche en la que vive. De esta manera, hasta el canto humilde que el poeta hace a una encina inútil y seca nos puede llenar el alma de una emoción intensa; porque Francisco Baena, en este hondísimo libro de poemas, también le canta al Paisaje a la niñez, al hombre del pueblo, a los sobrios y bellos milagros del campo en invierno; y aparece la nieve, la lluvia ,la herida del sol, toda la cálida música del universo, para decirnos que aún queda esperanza para el hombre si sabe vivir los estigmas del hambre y la guerra la injusticia y el odio, con una total y desinteresada entrega a los demás, a todos los seres que nos rodean y pueblan el mundo.
De este modo, este emocionado y emocionante "Jardinero de versos" nos hace sentirnos más humanos y más niños, mucho más cerca de los misterios del universo misión única y necesaria de la auténtica poesía.
ALEJANDRO LOPEZ ANDRADA.